2008 Plaza Tambor
grupotalca

2008 Plaza Tambor

Cuando el territorio se hace territorio
Aparece enmarcado, destacado
Por el silencio del viento desde la altura
O por el silencio del mar
Y por otros silencios perceptibles pero que “aparecen invisibles”
Cuando el territorio se hace territorio
Aparece enmarcado por el silencio
El territorio es silencio
Planos vacios que muestran el completo
El silencio de las rocas en los jardines ZEN
El silencio…

TERRITORIO


Cuando el territorio se hace territorio

El TERRITORIO no nace como “territorio”, sino como terreno, como una vasta extensión de tierra, la cual puede tener infinitas formas binarias entendiendo como binario la alternancia entre 2 y solo 2 estados estables, como irregulares o regular, seco o mojado, calor o frío, de esta manera, el terreno es solo la forma en la cual la tierra se posa sobre el espacio y ocupa de la manera en la cual las leyes establecen.

El terreno es todo donde habitamos, es la figura habitual en la cual nos movemos y nos situamos, el cual muchas veces pasa desapercibido y no constituye territorio (solo tierra), sin embargo, cuando el terreno (extensión de tierra) se hace reconocible lo puedo llamar territorio. Al hablar de reconocible me refiero a la forma en que este se hace notar o deja algún grado de rastro en la memoria.

Mas allá de las diferencias que puedo ver entre terreno y territorio podemos consignar que ambos logran pasar de uno a otro sin mayor dificultad más que un simple y a veces complejo silencio. Este silencio o encuadre del silencio es lo que me hace mirar el terreno de una determinada manera haciendo que lo retenga en la memoria, que deje recuerdos sobre mi, con lo cual la extensión de tierra configurada de modo binaria se convierta en territorio. Tendríamos que preguntarnos entonces, como y por que algunas extensiones de terreno se quedan grabadas en nuestras cabezas y otras no presentan ninguna relevancia sobre nosotros.

El territorio es una parte visible del terreno, el territorio es la parte visible del terreno, aunque más que visible es la parte que veo y luego recuerdo. Así, con el territorio aparece la posibilidad de contemplar, de admirar, de maravillarse con el terreno.

Podemos reafirmar que el territorio es la extensión de terreno que pasa a otro estado, a otra manera de ser, a otra manera de conformarse, o mejor dicho, a otra manera de ser vista y habitada.

Puedo estar en un punto, mirar a todos los sitios, intentar el asombro, creer que estoy en el territorio, buscarlo, pero si no logramos hallar el lugar exacto para encontrarlo, no es posible insertarse dentro de este.
Lo que hace posible que veamos el territorio es el encuadre, ya que este nos sitúa y nos da una mirada sobre el terreno convirtiéndolo en territorio.
Estas formas de encuadre nunca se muestran o mejor dicho, pasan desapercibidas por lo que nos están mostrando (ahora el territorio) con lo cual podemos llamarlas EL ENCUADRE DEL SILENCIO


ENCUADRE

El territorio es silencio

“Pues los hombres estamos hechos de tal modo que el silencio también es lenguaje para nosotros”
Octavio Paz


Aparece enmarcado, destacado

Así entonces, cuando el terreno se logra convertir en territorio, podemos hablar de este ultimo, de que es lo que lo constituye, de lo que lo conforma, de lo que lo convierte y lo hace ser mas que solo tierra apilada, hablo del silencio.

Entiendo, que para ver el territorio, este, debe estar enmarcado, destacado por algún silencio que lo logre constituir, que lo logre conformar, de tal manera que pase desapercibido a nuestro mirar y que con su permeabilidad y sutileza clara del silencio, nos enmarque y nos deje ver el territorio.

Estos silencios son la forma de constituir o construir una cierta forma de mirar el terreno convirtiéndolo en territorio, con un marco invisible, que da cuanta de lo que quiere mostrar, de lo que quiere exhibir, pero de una forma silenciosa, vista sobre el silencio.

Creo entonces que para constituir EL TERRITORIO, se hacen necesarias dos cosas, en un premier lugar es imprescindible el soporte para este, el cual llamamos terreno ya que sobre esa tierra se posa el territorio. Y en segundo lugar es imprescindible un encuadre invisible, algo que nos muestre esta zona de tierra, de una forma invisible, sin ser vista, que pasa desapercibida, pero que nos hace recordar y maravillarnos con el terreno.

Cuando hablo del silencio y de la manera invisible de destacar y enmarcar el terreno, conformándolo en territorio, salta a la vista y es lo que trato de explicar que el territorio es y no otra cosa simplemente “el terreno destacado por un ente invisible”
El silencio es invisible, y claro esta porque este “EL TERRITORIO” nos provoca asombro, y el asombro significa literalmente arrojar sombra, lo opuesto a alumbrar, hacer caer la luz sobre algo arrancándolo de su ocultación y revelándolo, el cual es claramente el objetivo de estos silencios, de una manera sombría, dejando lo notorio y haciendo brillar al terreno convirtiéndolo en “EL TERRITORIO”

El silencio tiene la mayor responsabilidad, el silencio debe, ser percibido pero no visto, y con esto conseguir constituirlo todo. El silencio y el terreno deben enfrentarse y mantener una tensión extrema, contrastando con una exactitud y una actitud desafiante, el invisible encuadre con lo infinitamente visible.

El terreno se hace infinito, inmenso, inconmensurable, ya que lo abarca todo y no deja nada por situar, hacia donde miramos lo encontramos y nos parece común, cotidiano, mientras que el silencio se encuadra puntual, certero y acierta de una manera perfecta, para así constituir la forma de hacer territorio.

Por el silencio del viento desde la altura

Una forma natural de enmarcar el terreno es con la altura, cuando la manera de ver cambia y se constituye en otra cosa, las leyes cambian, el viento sopla y todo comienza a verse y entenderse de otra manera, de una forma mas compleja y con un encuadre del total mas claro, los movimientos son mas lentos, todo pasa a otra velocidad, con un orden ejemplificado, lo cual constituye una nueva manera de ver este terreno, una nueva manera de habitar, de contemplar y situarse.

No es necesario estar en el territorio, habitarlo para situarse en el, algunas veces el terreno es lo que nos convierte otro terreno en el territorio. Claro que el terreno muchas veces nos da el silencio para convertir y enmarcar otro lugar en territorio, sin conseguir convertir en territorio en el que nos situamos.

Creo que elevarse es la manera mas fácil de convertir el terreno en territorio, y quizás la mas notoria, pero sin embargo algunas veces estos silencios que configuran una manera se ordenan en escasos segundo y desaparecen.

El asombro esta oculto en el silencio del viento, auque si lo podemos sentir, aparece invisible, y pasa desapercibido por que nos entrega y da a luz o da luz de lo que quiere mostrar y configurar de cierta manera y con sus leyes propias, las que pueden cambiar, dependiendo de quien las habite y como las habite, pero lo que debe quedar claro es que este marco, este encuadre que nos da el territorio, debe ser menos poderoso que este ultimo ya que si no es Silencio, pasa a competir con el terreno y si ambos iluminan, el a sombrando, se diluyen y se pierden.

O por el silencio del mar

Otra forma que algunas veces da cuenta del territorio es la cercanía al mar, en principio esta acompañada de la altura, la cual como explique antes ya constituye una forma de Territorio, pero el mar es mas que eso, constituye otros silencios notorios que nos hacen perceptibles al territorio. Algunos de estos nos acompañan y se hace en principio notorio pero luego se silencian y enmarcan desde la sombra.

El mar nos ubica, siempre que lo vemos sabemos donde esta la tierra, hacia donde nos dirijamos, nos da la apreciación de derecha e izquierda, no elimina 2 puntos cardinales o mejor dicho, nos sitúa de otra forma, las leyes también cambia, es otra la manera de leer, de ver y de habitar, auque igualmente como en la altura el territorio quizás no esta donde nos situamos, sino que esta en el entorno, lo que vemos, lo que apreciamos mas que lo que pisamos.

El mar nos da el sonido de las olas, nos orienta, nos hace estar en un sitio, nos hace saber que el territorio esta ahí, esta en un lugar cercano, esta debajo de nuestros pies, que es sólido, que es terreno, pero este terreno, contrastado con este silencio nos hace sentir el territorio mas allá que el terreno. No muestra y nos da cabida en el espacio sólido, imaginándolo, por un contraste silencioso que nos da otras percepciones, otras formas de sentir.

El mar nos da su olor, con el cual, de la misma manera que el los casos anteriores contrastamos el silencio elocuente con el terreno, y con este contraste, nos situamos y nos insertamos en el territorio.

Y por otros silencios perceptibles pero que “aparecen invisibles”

Claro, el silencio aparece, aunque no lo escuchemos y no nos demos cuenta que esta ahí, pero si lo podemos percibir, si lo podemos notar, podemos saber de el y escuchar lo que nos trata de decir, porque el silencio habla, el silencio nos muestra cosas. El silencio destaca los sonidos, el silencio es el contraste ya que esta en penumbra y logra destacar y hace brillar el territorio, ya que el silencio es sombrío, es oscuro, el silencio configura el asombro.

“Si los silencios hablaran,
Nadie podría decir
Lo que callan las palabras”
José Bergamin

Así, el silencio debe ir acompañado de lo que muestra, de las palabras, aunque no se escuchen siempre, el silencio es el destacador, el que enmarca el terreno, el que muestra el territorio, el que compone, el que da cabida al sobresalto, al conmoverse, y no con el sino que con el terreno.

Cuando el territorio se hace territorio

Cuando el terreno se convierte en territorio es por el silencio del encuadre, por el asombro, por lo destacado invisible.

Cuando aparece el territorio, este se configura por dos cosas, el terreno y el silencio, encuadre de este, forma de estar y mirar, estas dos cosas configuran y muestran mi territorio.

Aparece enmarcado por el silencio

El terreno mas el silencio es lo que configura, lo que hace territorio.
El silencio enmarca, muestra, da una forma de mirar, desde lo alto, desde el suelo, a nivel de suelo, desde un muro o desde una silla, debajo de un árbol o marcado por la sombra, pero dentro del encuadre, del marco que nos muestra este territorio esta el asombro, que se logra gracias al silencio, ese encuadre invisible pero perceptible.

El territorio es silencio

Planos vacíos que muestran el completo

Los planos también pueden dar una forma de mirar, la arquitectura configura claramente una forma de mirar, una forma de encuadrar. Esto lo podemos ver en una forma de esperar, hacia donde miran lo asientos que pongo en el terreno, cual es la altura de los muros, hacia donde están, que tapan, que configuran, por que hay una baranda roja puesta en el terreno, por que me siento y miro el valle o el río, por que hay terrazas en la altura y me permiten ver de otra forma el mismo terreno, desde estas formas puedo ver el territorio.

El silencio de las rocas en los jardines ZEN

Las rocas son lo que nos hacen mirar, y lo que nos hace ver, silenciosamente el paisaje Zen, el jardín, el territorio. Es una forma de mirar a través del silencio.

El silencio

El territorio se hace territorio,
Por silencios propios,
Por silencios que “aparecen invisibles”
El territorio se hace territorio cuando aparecen sus silencios.


G.Neil Harper, APLICACIONES DE LAS COMPUTADORAS EN ARQUITECTURA E INGENIERIA, etsaB, Barcelona, ediciones UPC

Louis Pauwels, Jaques Bergier – Año – EL RETORNO DE LOS BRUJOS, plaza & janes S.A, Barcelona España, Lauro, Pag. 540

Carlos Marti Aris, 1999, SILENCIOS ELOCUENTES, etsaB, Barcelona, ediciones UPC, Pag 70.

TAMAÑO

“El silencio humano es un callar y, por tanto, es implícita comunicación, sentido latente”.
Octavio Paz

(…)
El TERRITORIO es silencio

…Cuando el terreno se convierte en TERRITORIO, es por el silencio del encuadre. Por el asombro, por lo destacado invisible.

El TERRITORIO se configura por dos cosas, el terreno y el silencio del encuadre, el cual muestra, destaca, enmarca y da una forma de mirar y estar en el espacio.

Aparece enmarcado por el silencio
(…)

“Pues los hombres estamos hechos de tal modo que el silencio también es lenguaje para nosotros”
Octavio Paz

Cuando el territorio se hace TERRITORIO

“Pero todo silencio humano contiene un habla.”
Octavio Paz

El tamaño aparece “si es que lo hace” condicionado por la forma de mirar, por la manera de situarnos, y esta por los silencios que la encuadran.

Mi naturaleza me hace ver desde 1:87m, lo cual es la normalidad para mi y esta normalidad no me hace ver tamaños, solo simplonas normalidades, pero si logran cambiar mi forma de mirar (a través de los silencios de los encuadres) estas formas de ver tamaños se hacen diferentes y cambia la condición de mirar, la forma de entender, saliendo de la normalidad por pequeños cuadros Invisibles.

Al estar sentado en una silla de 45 cm de alto, cambia mi percepción con respecto al tamaño, la forma de ver y de movernos es otra que si me sentara en el suelo o que estuviera sobre el techo de una casa.

El tamaño lo da tanto el objeto que nos hace situarnos como lo que el ejemplo anterior nos enseña. La sensación de tamaño y el tamaño se configuran ya sea con la manera en que el acto-objeto nos sitúa y como se nos presenta.

Un muro gigantesco nos hace sentir mas pequeños y ver desde lo alto nos hace sentir más grandes, la forma del objeto y la manera de situarnos hacen referencia al tamaño.

Una puerta muy grande nos hace ver de otra forma, hay sentimientos de tamaño que nos abarcan y nos hacen pensar en ciertas cosas que no acostumbramos, el metro noventa pasa de ser algo importante para ser un tamaño pequeño, pierde validez y también la gana, se hace una vista diferente, completamente descontextualizada, enmarcada por el silencio.

Un cerro (mirar desde lo alto o hacia lo alto) el mar, nos da un tamaño especial, una esquina y la situación que se produce desde ahí, la luz reflejada en el piso blanco o en el pavimento oscuro, los reflejos, las intensidades de esta, la oscuridad que nos envuelve y el tamaño pasa de ser notorio, la situación de la lluvia que nos impulsa la cabeza hacia el piso (aunque luego te acostumbras y el silencio se va) de la misma manera las piedras en los jardines zen.

DIBUJO DESDE LO ALTO DEL MURO Y DESDE ABAJO DE UN MURO.


Estos silencios que encuadran son los que nos hacen mirar de una u otra forma, condicionan nuestra forma de ver, nuestra forma de habitar, de estar y de situarnos, nos hacen mirar hacia arriba o hacia abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda, hacia lo lejano o lo próximo, hacia lo rápido o hacia lo lento, a velocidades mías y velocidades ajenas.

Los silencios pueden aparecer de muchas formas, podríamos nombrar infinitos ejemplos que se ajustan a este caso, aunque algunos se hacen incomprensibles hasta el minuto en que nos situamos y logramos entender y vivir esto.

Este silencio (entendemos silencio como el encuadre no notorio, invisible) es lo que nos da el tamaño.


Entonces el tamaño se configura


Observador (situación)
Encuadre del silencio (objeto)
Observado (paisaje etc. etc.)

No siempre hay un silencio que nos muestre, que nos condiciona, que nos da el tamaño.

Vemos desde el
Encuadre-SILENCIO

Richard Pare – 2003 – TADAO ANDO, LOS COLORES DE LA LUZ – China – Pag. 283


Tadao Ando, EL CROQUIS 44, Septiembre 1990, Pag 5.

Octavio Paz “El ritmo”, en El arco y la lira, en OC, v. I. México: Fondo de Cultura Económica, 1995, p. 73-88

El encuadre del silencio
Silencios disertos

UBICACIÓN

Una historia simplona puede graficar de mejor forma la importancia de la ubicación que lo que conforma.
Hace algún tiempo atrás, fui a visitar a un amigo a santiago… ya lo había visitado en otras ocasiones anteriores, por lo cual tenia algunas referencias de cómo llegar a su departamento, ya sabia que era un departamento (claro), por lo cual también sabia que era un edificio y solo tenia el numero de estos (el de la construcción y el de la vivienda).
Como no tenia la dirección exacta, me baje en el metro escuela militar, de ahí tenia que caminar entre todos los edificios que hay por ahí, todos igualmente insípidos, lo cual me hace imposible distinguir el uno del otro, pero como bien recordaba de la vez anterior en que lo fui a visitar, en la azotea del edificio en donde vivía mi amigo había un letrero de Heineken, el cual retenía por lo del lado verde.
Mierda!!!!!!!!!!, no había ningún edificio con ese letrero, sin embargo estaba Pepsodent, coca cola, y un shampoo que ya ni recuerdo. Otra vez mierda!!!!
Comencé a preguntarme si realmente mi amigo vivía en escuela militar o quizás me había bajado una estación antes y que el servicio ya no llegaba hasta esta estación.
Pero claro, decidí, entre tomarme una Heineken o una coca cola, en ese lugar daba lo mismo, así que con el mismo raciocinio camine al edificio con el cartel de coca cola y con una SUERTE MAYUSCULA tuve que devolverme al de Pepsodent.

El ENCUADRE del silencio, la arquitectura del silencio.


Este objeto, un simple letrero de Heineken, ubicado en un lugar específico, configuraba mucho más que lo que nos imaginamos, nos marca una referencia, nos da una manera de movernos en el paisaje, de situarnos, de habitar.


Un objeto puede alcanzar y denotar más funciones para las cuales fue diseñado, y más aun un objeto arquitectónico, ya que lo podemos habitar desde lo lejano, visiblemente, un objeto puesto en el paisaje dimensiona, y nos hace habitar, movernos y mirar de una forma diferente, ya que nos sitúa…


Entonces empezamos a pensar en el estudio del método y no del contenido, ya sea lo que produce más de lo que es. La arquitectura se habita, pero también se puede habitar a lo lejos como queda ejemplificado en el cuento anterior.
Puedo citar muchos ejemplos de “AL BORDE DE LA ARQUITECTURA”, más que habitar el objeto, se habita el entorno, como museo Pompidou en Paris o el Guggenheim de Bilbao.
Estos ejemplos citados tienen tanta recurrencia como el cartel de Heineken del cuento anterior, pero en su totalidad fueron diseñados para este fin.
La ubicación de las cosas causan efectos sobre otras, con las cuales de configura nuestro espacio dimensionado.

SIMBOLISMO

UN PLANO VACIO

Para entenderlo mejor, si viviéramos en un plano vacío, igualmente sin nada, e infinito a nuestros ojos, no tendríamos nada por que regirnos para movernos dentro de este, o sea que estaríamos en el mismo lugar aunque nos moviéramos, podríamos correr hacia la derecha, o girar mil pasos a la izquierda y seguiríamos en el mismo sitio, ya que no nos movemos. Para movernos lo hacemos con una referencia, nos desplazamos en relación a ciertas cosas. Asi ciertos objetos situados sobre los lugares donde habitamos nos configuran y nos emplazan, nos instalan en un punto especifico.
Vale decir, lo que nos da la ubicación no somos nosotros en el plano, sino lo que logramos recordar o mejor aun, la información que podemos recibir del lugar en el cual habitamos, para así decidir hacia que punto dirigirnos.


Sin embargo no podemos dejar de lado el silencio de las cosas, ya que estos ejemplos a diferencia del cartel producen mucho ruido y pierden el sentido de la arquitectura y del lugar. Sin lugar a dudas, hoy la ciudad de Bilbao es el museo Guggenheim y a mi entender no debe ser así… para eso esta el silencio.


Umberto Eco dice “que el objeto arquitectónico puede denotar la función o connotar otras cosas… desde esta perspectiva la calificación de “función” se extiende a todas las finalidades comunicativas de un objeto, dado que en la vida asociativa las connotaciones “simbólicas” del objeto útil no son menos útiles que sus denotaciones funcionales. Resulta evidente que las connotaciones simbólicas se consideran funcionales no solamente en sentido metafórico, sino también porque comunican una utilidad social del objeto que no se identifica inmediatamente con la función en sentido estricto”


Me parece de esta forma que existe otra manera de hacer arquitectura desde una perspectiva mayor, desde el silencio del encuadre, esto es clarificándolo de alguna manera como en la primera lamina del territorio las piedras en los jardines ZEN. Sin ellas es solo arena y solo ellas son solo piedras. Así, retomando el primer encargo podemos decir “cuando el terreno se hace territorio es por el encuadre del silencio” porque hay algo que lo denota, algo que lo muestra, sin ser visto, pasando desapercibido e indicándonos el territorio.


A mi pensar y reafirmado por la teoría de Venturi en aprender de las vegas la arquitectura debe ser tanto comunicacional como del espacio, comunicacional no en el sentido simbólico, sino que sea capaz de enmarcar el lugar que vemos o hacernos recordar el territorio, como el repetidamente letrero de Heineken. Lo cual no tiene por que ser simbólico, eso debe quedar claro, solo denotar, marcar, encuadrar.


A mi entender, la arquitectura tiene mas alcance que lo propiamente construido para habitar, un casa deja de ser casa para transformarse en referencia, en encuadre de algo, en distinción. La arquitectura se extiende desde para lo que fue concebido a lo que puede dar como habitar.
Para entender esto un par de ejemplos, la virgen de la ciudad de Talca, situada en el cerro de la virgen y construida para oración y rezar en el lugar, configura y dispone de cierta forma el espacio del plano encuadrándonos y encuadrando el territorio, otro valido ejemplo, un poco mas radical o subjetivo es cuando la música se nos escapa de la vivienda y toma un pedazo de la calle. De esta forma la casa agranda su lugar y su función arquitectónica, esto puede ser un color, un pavimento o tan simplemente una casa de vidrio.


J.M. Montaner dice “Los lugares ya no se interpretan como recipientes existenciales permanentes, sino que son entendidos como intensos focos de acontecimientos, como concentraciones de dinamicidad, como caudales de flujos de circulación, como escenarios de hechos efímeros, como cruces de caminos, como momentos energéticos.”


Muchas veces los “lugares” aparecen condicionados por algo que los hace asomar, este asomo puede darlo la arquitectura o el paisaje.
Entiendo la arquitectura mucho mas allá de el solo hecho de habitar EN EL objeto creado, sino que además de lo que produce en su entorno, del como este es capaz de crear lugar de hacer el lugar desde el lugar, con elementos propios y funciones lógicas de ese espacio.

Robert Venturi – Steven Izenour – Denise Scott Brown, APRENDIENDO DE LAS VEGAS, GG Reprints, 5 tirada, Barcelona 2004


marc Augé, “LOS (NO LUGARES), espacios del anonimato, (una antropilogia de la sobremodernidad), gedisa, Barcelona 1996


LA MATERIA


“Los materiales y métodos de construcción como tales no ejercen una influencia unila-teral y directa sobre la arquitectura.
En la antigüedad —Mykonos— o incluso en épocas más recientes, cuando no existía la posibilidad del tratamiento de materiales, o sólo en muy escasa medida, la naturaleza mis-ma, único proveedor de materiales, determi-naba las diversas posibilidades de construc-ción. La arquitectura primitiva bien podría ser denominada la «genialidad del descubri-miento». Pues en aquella época, cuando no existían todavía procesos de acabado, la natu-raleza proporcionaba directamente todos los materiales de construcción. La elección debía hacerse, principalmente, entre bloques de pie-dra, troncos de árboles, pieles de animales, et-cétera. La arquitectura consistía en la combi-nación correcta de esos materiales.
Este arte primitivo nos produce una espe-cial admiración, pues ahí pueden reconocerse, con evidencia, las primeras victorias modestas de la inteligencia humana sobre la naturaleza.” 1 Alvar Aalto


Hoy la arquitectura esta forzada cada vez más a soluciones preestablecidas. La inmensa cantidad de soluciones constructivas prefabricadas que existen en nuestro mercado, y que están al alcance de la mano, moldean la forma arquitectónica y la manera de los espacios que estamos concibiendo, las medidas, la resistencia, todo es dependiente de estas soluciones preestablecidas. Una barra de acero de cierta medida, un listón de madera de 3.20 m, o una baldosa de 32×32 cm., encapsulan a la arquitectura dentro de paramentos a los cuales nos debemos someter para así poder construir mas rápido, mas eficiente y con elementos contemporáneos. El arquitecto “tipo” no consulta más que un manual antes de construir, las dimensiones del encofrado, las resistencias de los materiales entre otros.

Entonces vale preguntarse, ¿por que las techumbres se construyen a dos aguas? ¿Por que el tamaño de los ladrillos es tal?, mas que el resultado ideal para tomarlo y construir, ¿Por qué los encofrados no son flexibles?, ¿por que existen las ventana velux, las cubiertas y recubrimientos Hunterdouglas?

Cada lugar entrega una manera de situarse distinta, tal y como este entrega una forma de posarse, de mirar, de estar y de habitar, nos regala una materialidad acorde con su entorno y con su estar, cada lugar es diferente de otro, cada terreno se configura de cierta manera y tiene su identidad propia, cada lugar posee su propia materialidad.

En la antártica no se construye con barro en forma de adobe (si llegásemos a juntar tierra, se disolvería con el agua), allí se construye con bloques de hielo.
Lo mismo pasa en el desierto, y las configuraciones cambian, cada una tiene su forma de construir. En el sur se construye con aleros y madera para protegerse de la lluvia y con el material que simplifica mas la construcción en el lugar, en el norte con techos planos, ya que no se necesitan grandes caídas y los materiales son tierra y piedras que es lo que puedo encontrar.

A modo anecdótico, hoy en nuestra región la gente construye con lo que encuentran, mezclando lo global con lo local. Vale decir, desde botellas, plasticos, zinc, fierros, hasta pastos, tierra y madera del sector entre otros.
De esta manera podemos nombrar una gran cantidad de ejemplos que clarifican la manera de ser de los lugares, algunos más sutiles, otros más clarificantes. Cada lugar tiene su propia identidad y la mala forma de construir esta borrando el distintivo único de las zonas.

Las construcciones en nuestros días, están condicionadas por la tecnología de tal manera que la capacidad de crear nuevas formas, nuevos espacios y nueva arquitectura se hace demasiado restringida.

Un catalogo de soluciones ya creadas, listas para ensamblar, delimita en forma clara la manera y lo creado.


LA IMAGEN DE LA MATERIA


Todos tenemos una preconcepción de la materia en nuestras cabezas, de los materiales, de la forma en que se comportan y de mantienen, de sus cualidades verdaderas.
Por esto ciertas materias puestos en un lugar de cierta forma nos hacen sentir cosas y pueden descontextualizarnos al momento de enfrentarlos.
Podríamos pensar por un momento en un muro compuesto única y exclusivamente por agua, aunque es imposible nos daría una percepción erronea de la realidad y nos evoca ciertas cosas y nos quiebra otras. De esta misma manera, sabemos que ese muro de agua no puede ser, igualmente que uno de hielo en la mitad del desierto, pero que pasa cuando hacemos un muro completamente de vidrio en medio de Gonzales Bastias. Evoca otras cosas, nos traslada de ese lugar y nos lleva y nos sitúa a otra parte. Sabemos que no es racional, que no es lógico la configuración con ese tipo de material.

Los materiales evocan cosas, cosas que tenemos y hemos ido ganando con la vida, con el aprendizaje. Debemos entender también como materia los colores, los cuales también evocan ciertas cosas que aprendemos con el paso del tiempo. El rojo quiere decir que te detengas, es la expresión de fuerza vital, significa deseo, vitalidad, entre muchas otras.
De esta manera es necesario entender e interpretar la materialidad de las cosas como lo son, respetando los lugares, entendiéndolos y hacer con ellos lo que se estime conveniente, lo que es mejor para ellos. A mi entender, rescatando la materia del lugar, lo que lo hace ser, lo que lo constituye, lo que lo conforma único y le entrega una identidad propia.

TEMPORALIDAD


La materia es lo que da temporalidad a las cosas, con el pasar del tiempo esta se va convirtiendo en otra cosa, su esencia es la misma, pero van pasando cosas cobre ella que la hacen transformarse en algo que deja de ser lo que era en un principio.
El polvo, el musgo, la lluvia, el barro, la gente, el viento, el sol se dejan sentir sobre la materia cambiándola, y estas marcas indican algo, hacen propio del lugar lo que se monta. Bien, si la materia expuesta en cierto territorio no tiene nada que ver con el lugar en el cual fue puesta, este ultimo, la zona en cuestión se encarga, cada día de darle atributos nuevos para así hacerla pertinente y perteneciente a ese punto en el cual se sitúa.
Existe arquitectura que no es pensada para que el paso del tiempo influya sobre ella, pero eso no se puede evitar, solo se puede parchar.

Con esto quiero decir que la arquitectura (y no hay otra forma), da cuenta de los vestigios del lugar en la que fue montada, almacena el tiempo, nos muestra una historia, tal cual lo hace una torre de agua en Gonzales Bastias, ya que esta, aun tiene escrito en ella BUCHI, el candidato presidencial para las elecciones del 90, en ese tiempo alguien se intereso por que la gente que alguna vez vivió ahí votara por este candidato presidencial, pero hoy podemos ver que nadie mas a rallado esta torre, de esta manera nos preguntamos el por que nadie mas a rallado ni escrito nuevamente esta torre y la respuesta esta en el mismo escrito, ya no hay gente en el poblado que vote y por lo cual no es necesario hacer publicidad nuevamente. Alguna vez existió gente que podría votar, hoy es casi nula la cantidad de gente que vive ahí.


1-Alvar Aalto , La Humanización de la arquitectura, Segunda edición Febrero 1982, Birkhauser Verlag, Basel, 1970, Barcelona

Max Luscher, Test de los colores, Sexta reimpresión, 1997, Barcelona